Hetzmek
El hetzmek (Jéets´Méek’) o bautizo maya es una de las tradiciones de origen prehispánico más arraigadas en los pueblos mayas de la actualidad. Se trata de una ceremonia antigua que marca la iniciación a las actividades y responsabilidades en la comunidad del menor, en el mundo consciente. La función de la ceremonia es, pues, preparar al menor para ser un buen hombre o una buena mujer de trabajo.
Esta ceremonia de iniciación se practica en dos tiempos diferentes, dependiendo el sexo: A los cuatro meses de edad al niño, y a los tres meses de edad de la niña. El número cuatro representa al hombre, pues cuatro son las esquinas de la milpa, los puntos cardinales, y las estaciones del año. El número tres representa a la mujer, pues son tres las piedras que sirven de soporte al comal y tres las patas del banco donde la mujer se sienta para hacer las tortillas. El abuelo o abuela, tradicionalmente, fungen como los padrinos de la ceremonia, pero la abuela materna es quien está a cargo de ella. A falta de ellos, se designan a otros miembros de la familia. Los padrinos se comprometen a velar por el ahijado o ahijada, en caso de faltar uno de los padres, o los dos.
La ceremonia puede hacerse en alguna capilla familiar, o altar improvisado. Al inicio de la ceremonia la madre del bebé cargará una vela encendida que durará hasta que todo termine. La madrina o padrino toman al menor en sus brazos en un rito llamado “de separación”, realizándosele la “apertura de pies”, cargándolo en la cintura. La apertura de pies, de acuerdo a la cosmovisión maya, los ayudará a caminar bien y a correr rápido, y a no tropezar.
Alrededor del altar, generalmente una mesa, se le darán nueve vueltas al niño en una dirección y nueve vueltas en la dirección contraria. Para contar las vueltas, un rezador ya ha dispuesto nueve ramas de algún árbol. Las dejará caer en el suelo una por una al comenzar las vueltas, y las irá recogiendo al cambiar la dirección de giro. El bebé deberá probar un poco de huevo, pepita de calabaza, hojas de chaya previamente hervidas, y maíz con miel para que desde pequeño aprenda a comer los alimentos que se consumen en la comunidad. A los menores del sexo masculino, luego de las vueltas, se les dará a tocar un rifle y mazorca de maíz; se le montará en la rama de un árbol. Las del sexo femenino tocarán unas tijeras, se les sentará en un banco cerca del fogón, o se simulará una actividad propia de la mujer.